martes, 20 de septiembre de 2011

La nueva realidad enfermera en España, referente en todos los países del mundo

Opinión. Máximo González Jurado. Presidente del Consejo General de Enfermería de España.


En los últimos años la profesión enfermera ha experimentado en España un desarrollo de carácter científico y profesional sin precedentes. Así, en un corto espacio de tiempo, hemos pasado a ser una profesión universitaria que está regulada por ley, con definición, autonomía, responsabilidades, cuerpo de doctrina y funciones propias. Una profesión sanitaria facultativa, sin subordinación, que valora y evalúa científicamente, basando sus intervenciones en principios humanísticos y éticos y obteniendo los resultados mediante la evidencia científica y auxiliándose de los medios y recursos clínicos y tecnológicos adecuados.

Y esta revolución sanitaria se ha visto perfectamente regulada por un desarrollo legislativo paralelo a esta creciente autonomía profesional propia y las nuevas competencias enfermeras. Me refiero a cinco normas concretas que son: el Estatuto de la Profesión Enfermera, el Estatuto Marco de los Profesionales Sanitarios, la Ley de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud, la de Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias y el Real Decreto de Especialidades de Enfermería. Asimismo, a este conglomerado de legislación, habrá que sumarle la regulación de la prescripción enfermera, una nueva competencia que, tal y como se ha comprometido el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad en el acuerdo-marco que firmamos el pasado mes de julio, tendrá su desarrollo definitivo a través de un Real Decreto que será aprobado de forma inminente.

Estamos presenciando, por tanto, los últimos capítulos de una verdadera revolución enfermera en la que, el principal beneficiario de todos y cada uno de estos significativos avances no somos nosotros, los profesionales, sino los propios ciudadanos. Porque son consecuencia del compromiso de nuestra profesión con la protección de la salud de los ciudadanos, la seguridad de los pacientes y la sostenibilidad de nuestro Sistema Nacional de Salud.

Esta nueva realidad de nuestra profesión no ha pasado desapercibida para la enfermería internacional. He podido comprobar personalmente, en los foros europeos y mundiales, cómo las principales instituciones enfermeras de todo el mundo —como son el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), la Federación Europea de Asociaciones de Enfermeras (EFN), los consejos de enfermería de Canadá, Australia, Reino Unido, etc. — han seguido con sumo interés cada uno de los pasos que recorríamos en nuestra travesía. No en vano, la enfermería española es, a día de hoy, el principal punto de referencia de todos los países del mundo a la hora de trazar la hoja de ruta de su futuro desarrollo profesional continuo.

Ante toda esta realidad, ha llegado el momento de que España celebre en su territorio la que ya es considerada la cita internacional más importante de la enfermería: el Congreso Mundial del CIE. Estamos más que preparados para mostrar a los colegas de todo el mundo nuestra excelencia profesional, nuestra labor asistencial desde la plena autonomía, demostrando el liderazgo internacional que venimos asumiendo desde hace ya varios años. La enfermería española está preparada y dispuesta a conseguir, no sólo que el Congreso Mundial de Enfermería se celebre en 2017 en Barcelona, sino que, además, sea recordado como el mejor de los congresos del CIE celebrados hasta ahora.

Se hace necesario, por lo tanto, que todas las enfermeras y enfermeros se unan entorno a su Consejo General para conseguir que Barcelona sea en el año 2017 la capital mundial de la enfermería.